jueves, 23 de junio de 2011

Y todo por atajar unos metros

Tal día como hoy, pero hace un año, tuvo lugar uno de los accidentes más bestiales. Un accidente que a mí personalmente me dejó marcada (ya conocéis algunos mi pánico a las vías del tren).

Un grupo de gente se bajó del tren para ir a celebrar la noche de San Juan a la playa y decidió que era mas corto cruzar las vías. Con el bullicio de la gente no se percataron de que otro tren venía y… ocurrió la tragedia.

Como somos, a veces por atajar unos metros, o por ahorrarnos unos míseros minutos, cometemos verdaderas imprudencias. Unas veces se quedan en meros sustos y otras veces derivan en una gran tragedia, como fue este accidente.

De toda esta historia el que mas pena me dió fue el maquinista del tren que atropelló a las 13 personas (por supuesto, las víctimas también me la dan, murieron de una forma horrible). Pero nos tenemos que poner en lugar del maquinista, un hombre que, realizando perfectamente su trabajo, sin cometer ninguna imprudencia, acabó con la vida de estas personas. Una carga que llevará siempre sobre sus hombros.

2 comentarios:

Yuck dijo...

Los que acabaron con su vida fueron las propias víctimas. Que la gente está acostumbrada a hacer lo que le da la puta ganas sin que haya ninguna consecuencia. Y luego toca lamentarse y echar la culpa a terceros.

trija dijo...

Ya, ya se que ellos solitos acabaron con su vida, pero ya te digo, no se gustaría estar en la piel del maquinista.