Que conste que con este post no quiero generalizar, ni muchísimo menos. Ni quiero decir que, absolutamente, toda la gente de mi generación seamos así.
Yo creo, a mi modesto entender, que uno de los males de nuestra sociedad actual es que hay demasiados “antis”. Y esto nos hace estar unos cabreados con otros. Es en serio, últimamente no dejo de ver a gente que está cabreadísima con otra gente.
Hoy en día no hay gente de derechas o de izquierdas, no, hoy en día hay gente de antiderechas y de antiizquierdas. Esto provoca que no se pueda hablar libremente de política sin llevarte algún que otro insulto.
En el deporte no hay gente del Barça o del Madrid (por poner un ejemplo deportivo), no, hay gente antimadridista y gente anticulé. Esto provoca que lo que debería de ser un espectáculo para pasar el rato y divertirse se convierta en una auténtica batalla campal en la que de lo que menos se habla luego sea del partido de fútbol. Los seguidores de un equipo no disfrutan si gana su equipo, solo disfruta si pierde el rival y, además, si este es humillado, deportivamente hablando, mejor que mejor.
Tampoco hay gente creyente y gente atea, no, hay gente creyente y gente anticatólica. Esto es fácilmente demostrable viendo la que se ha montado con la pasada visita del papa.
Yo, personalmente, creo que alguna de estas tres cumplo, y como no me gusta ser “anti” voy a hacer propósito de enmienda. Me parece algo muy negativo que alguien se defina como anti… lo que sea.