domingo, 11 de diciembre de 2011

La caballerosidad ha muerto

Recuerdo un verano, el cual me encontraba haciendo un curso de verano en la Universidad de Alicante. La última noche nos hicieron una cena de despedida. En estos cursos había gente de todo el mundo. Pues bien, recuerdo que durante la cena me levanté y de repente, todos los hombres (excepto los españoles) se levantaron a la vez. Claro, yo me llevé un buen susto. Cuando regresé a la mesa le pregunté a un chico finlandés que porque habían hecho eso, y me respondió que en su país es costumbre que cuando una mujer se levanta, se levantan todos los varones como muestra de cortesía hacia ella.

Esto me hizo pensar… en España, exceptuando a hombres de mediana edad o edad ya avanzada, es muy raro, bueno raro, escaso, encontrar detalles de este tipo. La verdad es que a mi un hombre de mi generación jamás me ha abierto una puerta para que pase yo primera (casi si te descuidas, te la cierran en las narices), cuando estoy comiendo y me levanto jamás se han levantado, cuando vas cargada rara vez te ayudan con la carga, las veces que he ido en el autobús urbano y he ido de pié había chicos sentados y así podría seguir enumerando una serie de acciones.

¿Y por que pasa esto? Pues la verdad es que a mi no se me ocurre ninguna explicación. Puede que hoy en día, en el que abunda tanta feminista casi feminazi, todos estos detalles se estén perdiendo alegando que es una discriminación hacia la mujer. Yo no pienso que la caballerosidad sea una forma de discriminación hacia nosotras, más bien todo lo contrario, creo que es una muestra de respeto, nobleza, educación y amabilidad hacia una mujer y en esto no hay nada machista.

Yo no soy ni machista ni feminista (bueno, ya sabemos como son las feministas, si no comulgas con sus ideas eres una machista). Creo en la igualdad de oportunidades, en la igualdad de salarios ante el mismo trabajo realizado y creo que para las tareas del hogar estamos ambos sexos igual de capacitados. Pero también creo que somos distintos hombres y mujeres y, por poner un simple ejemplo, creo que hay trabajos mas apropiados para los hombres (yo siempre digo que una mujer bombero me inspira poca confianza), mas apropiados para mujeres (no me imagino dando a luz con un “matrono”) y luego otros que podemos realizar igual de bien ambos (que voy a decir, que tengo una carrera que tradicionalmente era de hombres y cuando la estudié había mas mujeres que hombres).

Por supuesto que pienso que entre las mujeres y nosotras hacia los hombres tenemos que ser educadas, respetuosas y amables, pero la caballerosidad es, a parte de todo esto, otra cosa.

11 comentarios:

ertxo dijo...

La igualdad es para todo, ¿no? ¿Por qué esos detalles tienen que ser sólo cosa nuestra, y las cosas de mujeres deben ser de los dos?

A mi tampoco me abren la puerta las señoras cuando entro al portal, por no decir de la educación de las mujeres mayores en el supermecado...

Aquí o para todos o para nadie.

trija dijo...

Muy buenas Ertxo:

Como digo en el post la cabellosidad no tiene nada que ver con ser machista o feminista ni con la igualdad. Es algo distinto.

Hay veces que yo, por educación, abro la puerta o la sujeto para que un hombre/chico/señor entre, algunos entran sin mas, otros al menos me dan las gracias y algunos, los menos, me dicen que de ninguna manera, que entre yo primera.

Con este ejemplo quiero decir que por supuesto todos hemos de ser educados con todos pero la caballerosidad es algo distinto, es un grado mas.

Además, digo en el post que hombres y mujeres somos distintos y yo, salvo en materia de derecho laboral y familiar no quiero ser igual que un hombre (no con esas palabras, pero lo digo).

El chico de los tablones dijo...

Estoy de acuerdo cuando dices que la caballerosidad ha muerto, aunque no tanto con la explicación que ofreces.

En detalles como el de sujetar la puerta para que pase una mujer, por ejemplo, me parece que tienes toda la razón del mundo: debería ser la regla general y no una rara excepción. Yo lo he hecho así desde siempre, especialmente desde que pasé un verano en Inglaterra hace cuatro años. Allí la educación y las buenas formas lo son todo.

Tras las murallas de York aprendí que un gentil "ladies first" acompañado de una sonrisa es condición sine qua non para ser un auténtico gentleman. Me resultaba un gesto tan natural como gratificante.

Sin embargo, siento decirte que lo de levantarse en el autobús para ceder el sitio a una mujer me parece un exceso de transigencia. Tanto el hombre como la mujer pagan el mismo precio del billete o bono y el simple hecho de ser mujer no supone ningún handicap a la hora de viajar de pie en el vehículo, así que no veo la razón de ser de esta práctica.

Por supuesto, si se trata de una mujer embarazada o de una persona mayor (independientemente de su sexo), nunca dudo en levantarme de mi asiento para cedérselo porque ellos de verdad lo necesitan más que yo. Aunque en este último caso un par de veces el anciano de turno se ha mostrado desagradecido conmigo, reprochándome que al cederle mi asiento no hacía sino tacharle de viejo de forma implícita.

Y lo que sí que se va de madre es lo de ponerse en pie cada vez que una mujer se levanta de la mesa. Pongamos que en un banquete nupcial hay 150 invitados, de los cuales 75 son mujeres: si cada vez que una de ellas se levantase para ir al servicio tuviera que ponerse toda la sala en pie, uno estaría más rato levantado que sentado... Y así no hay quien disfrute de la comida, vaya.

No sé mucho de protocolo, pero desde pequeño se me ha dicho que en una comida solemne hay que procurar levantarse de la mesa lo menos posible. En España las tradiciones y costumbres de la buena mesa están muy por encima de cualquier rito finlandés (o al menos opino que así debería ser).

trija dijo...

Muy buenas Chico de los Tablones:

Esto de acuerdo contigo en que un trato caballeroso no debe de ser, digamos, "aparatoso" y que, por supuesto, quizás la mas maleducada de aquella cena fui yo por levantarme. También reconozco que el hecho de que cada dos por tres los hombres de una mesa se levanten puede ser bastante esperpéntico y un autentico coñazo.

Con lo del autobús también estoy de acuerdo, es mas, a mi no me importa ceder mi asiento.

Pero creo que hay pequeños detalles que no cuestan nada, los chicos quedan bien y a una chica le hacen sentirse bien. Como el de la puerta (que me encanta leer que tu eres de esos, porque ese detalle se esta perdiendo), o no sentarte hasta que una chica lo haya hecho o, que menos, que ayudar a una chica que va cargada.

Ya digo, no me importa sujetarle la puerta a un hombre, porque soy educada, pero me gusta mas que me la sujeten a mi.

Yuck dijo...

Pues estoy bastante de acuerdo con El chico de los tablones. Hay cosas que son de sentido común (o al menos las hemos mamado desde crios) y otras que simplemente se salen de madre, buscando rizar el rizo.

Yo, al igual que él, procuro dejar pasar antes a una mujer (tanto como dejo salir antes de entrar) ayudo con la carga o a superar un obstáculo (veáse pasar por encima de una barandilla). Y sin embargo la mayoría de las veces me encuentro con una recriminación por respuesta, del estilo "ya puedo yo sola". Entonces, ¿quién ha hecho que esas costumbres se pierdan?

Por cierto, que yo creo que, en general, lo que se ha perdido es la educación. Como bien decíais, es rara la ocasión en que te dan las gracias, te saludan (lo sé porque trabajo cara al público) o te piden las cosas por favor. Yo lo sigo haciendo, será que me han enseñado así.

trija dijo...

Muy buenas Yuck:

Lo que dices de que te recriminan con un "ya puedo yo sola" me da la razón en que hoy en día tanta feminista ha hecho que esas buenas costumbres se pierdan. Aunque también, en general, tenemos una falta de educación por todos lados. Una pena.

El chico de los tablones dijo...

Creo que no me he expresado muy bien en mi último párrafo: no me refería a que levantarte tú de la mesa fuera de mala educación, pues como decía me parece algo completamente normal si está justificado o si la comida es informal, entre amigos.

Me refería más bien a que el hecho de que los hombres se levantaran de la mesa podría ser interpretado, desde la cultura y mentalidad españolas, más que como un gesto de cortesía hacia la mujer que se levanta, como una falta de respeto hacia el resto de comensales (mujeres todas) que están sentadas a la mesa.

Creo que algunas costumbres fuertemente arraigadas en algunos países o territorios pueden ser interpretadas de manera totalmente opuesta si se intentan exportar a otros lugares. Además, frente a estas muestras de galantería extranjeras, hay muchos otros gestos de gentileza universales: el de sujetar la puerta, el que mencionas de ayudar a una mujer (o a un vecino cualquiera) con las bolsas de la compra o el de ayudar a una chica a salvar una barandilla u obstáculo, tan bien traído por Yuck.

Seguro que esos tres detalles (y otros muchos que habrá) son tan propios de un caballero español como de uno finlandés. Con éstos debemos quedarnos :-)

Al Neri dijo...

A ver, estas cosas evolucionan. Yo me considero bastante caballeresco para lo que se ve por ahí, pero desde luego me niego a hacer ciertas cosas que no tienen sentido teniendo en cuenta que la posición social de la mujer también ha cambiado.

Por ejemplo, no entiendo por qué tengo que invitar a una compañera de trabajo más veces a vinos que ella a mí cuando también tiene un sueldo. Tampoco entiendo que me tenga que levantar cuando se pone en pie una persona de idéntica posición que yo y a la que no debo más cortesías que las normales. Si una mujer está en un puesto de trabajo en el que ha de cargar con archivadores pesados, me nuego a a ayudarla de ningún modo igual que no ayudaría a un varón, ya que le pagan por ello.

Sin embargo, dejo pasar antes por una puerta a cualquiera, a un hombre o mujer, si bien es cierto que con un hombre me alterno y cada vez pasa uno y a la mujer la hago pasar siempre.

Solo faltaría que la mujer "avanzase" en muchas cosas y además conservara también los privilegios inherentes a su situación de debilidad y dependencia de antaño.

Ruta Caliente dijo...

Es cierto que la caballerosidad se ha perdido en gran medida, pero no es menos cierto que en muchos casos esta venía de la mano de un sentido rancio de superioridad. Supongo que como todo en esta vida en el punto medio está lo adecuado. No puedo dejar de pensar que esta falta de caballerosidad va unida a una cierta falta de educación, o al menos a la relajación de ella (algo que se ve amenudo en detalles como no ceder asientos a ancianos o embarazadas, por ejemplo).

Mr Blogger dijo...

Supongo que más que trabajos y carreras para hombres y/o para mujeres lo son para personas suficientemente capacitadas. Si una mujer es lo suficientmente capaz para ser bombero seguramente lo hará tan bien o mejor que muchos hombres (aunque solo sea por lo de ir contra corriente y demostrar a los que piensan lo contrario de que es muy capaz de hacer esas cosas), lo mismo que un hombre puede ser un perfecto "patrono". Lo demás es cuestión de habituarse, igual resulta chocante ver un matrono, pero lo mismo que ver un ginecólogo ¿no? mientras el trabajo que haga sea el correcto no debería haber problemas...

Mr Blogger dijo...

Sobre la caballerosidad... creo que simplemente se ha perdido la amabilidad (caballerosidad aplicada al sexo masculino, pero que en ambos sexos se ve que se ha descuidado mucho).